'El Camino de Santiago y Europa', un interesante libro de Alberto J. Lleonard Ansélem
Son muchos los estereotipos y tópicos que aún se oyen sobre el hombre medieval. Uno de ellos hace referencia a su carácter sedentario. La idea del inmovilismo medieval, cada vez más combatida desde el estudio riguroso y las fuentes, contrasta con el auge de las peregrinaciones.
El Imperio romano había surtido a la que sería Europa de una buena red de comunicaciones. Las vías romanas están en el origen de las grandes comunicaciones de nuestro continente. A estas se unió el afán peregrinante del hombre medieval hacia los santuarios y lugares importantes de culto. El más importante fue el camino a Santiago.
Alberto J. Lleonard, en este ensayo, escrito en estupendo castellano, se fija en la importancia de ese camino para la configuración de Europa. Básicamente se centra en los alrededores del año 1.000, aunque no puede dejar de aludir a hechos anteriores, como la irrupción del monacato, o posteriores.
Desde la perspectiva de la historia nos encontramos en ese camino con los peregrinos, pero también con los monasterios que florecieron a su paso, el arte románico que nos llegó desde Francia o la intensificación del comercio.
Además, el camino jacobeo representa bien la unidad de destino de la que era consciente toda la comunidad que conformaba la Cristiandad medieval. Se llegaba a Santiago desde todas partes de la misma manera que se percibía que existía un sentido de la vida individual y de la historia. Este sentido se trasladó a todas las grandes construcciones espirituales del hombre: arte, música, derecho… y de ello se hacen eco las páginas de este libro.
EL CAMINO DE SANTIAGO Y EUROPA
Alberto J. Lleonard Ansélem
BAC
Madrid, 2007
144 páginas
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